Tarde de arte en Mont de Marsan, Francia.
con toros de Pedraza de Yeltes. Alberto Lamelas continúa su idilio en tierras francesas. Interesantes, pero complicados, Alberto Lamelas cruzó la línea con el toro más complejo de la corrida. La firmeza y el temple de Lamela entienden a un buen segundo que acabó lesionado de la mano.
A la puerta de chiqueros se fue Alberto Lamelas a recibir al segundo de la tarde, un serio ejemplar de la divisa salmantina que sacó buen fondo en las telas. Varias fueron las largas cambiadas que dejó Lamelas al hilo de las tablas antes de pasar por el caballo. Alberto se fue al centro del ruedo para comenzar su faena con cambiados por la espalda. Cuando la faena estaba tomando vuelo, el animal se lastimó la mano, algo que acusaría de ahí hasta el final del trasteo. En un momento de la faena hizo por el torero, propinándole una fea voltereta sin consecuencias. Cerró por manoletinas, escuchando ovación, tras pasaportarlo de una media estocada. En su segundo Lamelas hizo un esfuerzo, con un toro muy orientado de imponente lámina un animal con el que se volvió a ir a portagayola, emocionante fueron los lances de Alberto Lamelas, que no se guardó nada dentro ante un toro que tuvo peligro y que siempre estuvo detrás de la mata, gran tercio de banderillas y gran par de Víctor del Pozo que se desmonteró. Muy dispuesto estuvo Alberto ante un toro que embistió a oleadas y sabiendo aquello que se dejaba atrás. El de Pedraza vendió cara cada embestida, aguantándole el paso, dejando el de Cortijos Nuevos muletazos de mucho mérito. Escuchó palmas.
